El primero en introducir el concepto de «armadura» o «coraza» fue Wilhelm Reich. Después de años de trabajo describió dos armaduras fundamentales: una caracterial y otra muscular.
La armadura caracterial es: «La suma de las actitudes caracteriales típicas que un individuo desarrolla para bloquear sus excitaciones afectivas, que se expresan en la rigidez del cuerpo, en la ausencia de contacto afectivo, en el hecho de sentirse muerto» (W. Reich).
Mientras que la armadura muscular es: «La suma de las actitudes musculares (espasmos musculares crónicos) que desarrolla un individuo para bloquear el prorrumpir de afectos y sensaciones orgánicas, en particular la ansiedad y la excitación sexual» (W. Reich).
Las dos armaduras o corazas pertenecientes, respectivamente, al nivel psíquico y al muscular casi se superponen con la intermediación del sistema neuro-endocrino-inmunológico y los sistemas energéticos del organismo (meridianos y chakras).
La armadura caracterial representa la defensa del Yo, o mejor, del Ego, surgida a causa de un distorsionado instinto de supervivencia. El Ego se cree separado de la Unidad originaria y se comporta como un verdadero parásito, que persigue de una manera distorsionada la finalidad del placer y genera una falsa imagen del Ser. Reich llamó a este proceso «pulsión secundaria», comparable al «instinto de muerte» de Freud.
La coraza muscular puede ser dividida en siete segmentos que en- cuentran correspondencia en los chakras.
- El segmento ocular
- El segmento oral
- El segmento cervical
- El segmento de los hombros y del tórax Hombros
- El segmento diafragmático
- El segmento abdominal
- El segmento pélvico
las emociones bloqueadas o no expresadas cristalizan en el cuerpo bloqueando el libre flujo de energía. De ello se deriva un bloqueo del flujo respiratorio prana-apana.
La respiración circular es capaz de disolver el recuerdo de la emoción y de integrarla reactivando el flujo energético y la información que falta.
La ciencia moderna ubica en el sistema límbico (hipocampo, amígdala, área septal y diversas regiones de la corteza encefálica) las zonas de regulación de las emociones.
De hecho, la estimulación experimental de determinados grupos de células del sistema límbico puede provocar ansiedad, ira, alegría y excitación sexual.
Estas estructuras son, en efecto, puntos nodales específicos de conexión para casi todos los sistemas de liberación de neurotransmisores. Estos mensajeros químicos, que transmiten señales de una neurona a la siguiente, mantienen vínculos con determinadas emociones.
De este modo:
- El sistema de la serotonina juega un papel importante en los estados de ánimo depresivos.
- La norepinefrina es decisiva en la regulación de las respuestas comportamentales.
- La dopamina es decisiva en los estados de ansiedad.