Las emociones bloqueadas o no expresadas cristalizan en el cuerpo bloqueando el libre flujo de energía. De ello se deriva un bloqueo del flujo respiratorio prana-apana.
La respiración circular es capaz de disolver el recuerdo de la emoción y de integrarla reactivando el flujo energético y la información que falta.
La ciencia moderna ubica en el sistema límbico (hipocampo, amígdala, área septal y diversas regiones de la corteza encefálica) las zonas de regulación de las emociones.
De hecho, la estimulación experimental de determinados grupos de células del sistema límbico puede provocar ansiedad, ira, alegría y excitación sexual.
Estas estructuras son, en efecto, puntos nodales específicos de conexión para casi todos los sistemas de liberación de neurotransmisores. Estos mensajeros químicos, que transmiten señales de una neurona a la siguiente, mantienen vínculos con determinadas emociones.
De este modo:
- El sistema de la serotonina juega un papel importante en los estados de ánimo depresivos.
- La norepinefrina es decisiva en la regulación de las respuestas comportamentales.
- La dopamina es decisiva en los estados de ansiedad.
Las endorfinas son decisivas en los estados emocionales de placer y alegría.
El estado emocional de los seres humanos y de los mamíferos está regulado por tres sistemas neurotransmisores:
1. Noradrenérgico. 2. Serotoninérgico. 3. Dopaminérgico.