Las enfermedades y los accidentes son diferentes expresiones de un mismo problema. De hecho, mientras que la enfermedad es el resultado de un desequilibrio interno que altera el terreno (no hay que olvidar que evolutivamente contenemos virus, bacterias y hongos), el accidente se debe a un desequilibrio externo, es una enfermedad externa.
Del mismo modo que una célula forma parte de nuestro organismo, y enferma si no se respetan las reglas organizativas, también el hombre es una célula del universo y sufre un accidente (o enfermedad externa) si no está en equilibrio con el todo.
Teniendo en cuenta que el lado derecho del cuerpo está bajo el control del hígado, y el izquierdo, del bazo y del páncreas, todos los accidentes que implican el hemicuerpo derecho muestran una debilidad hepática, mientras que los lateralizados a la izquierda muestran una debilidad del bazo y del páncreas.
En conclusión, si no somos capaces de relacionarnos con el exterior a fin de permanecer en nuestra cohesión y unidad psicofísica, quiere decir que estamos en desequilibrio, cualquiera que sea su causa, trauma, virus, bacterias, disparo de arma de fuego, accidente.
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